Más allá del escándalo y el amarillismo, por segunda vez en la historia de su carrera,la actriz y cantante Lucero, nos da el perfecto ejemplo de lo que NO se debe hacer en una crisis de Imagen Pública.

Las fotografías publicadas el pasado martes por una revista, demuestran una etapa de la vida de la cantante, que nadie esperaba, ya que el perfil que ha manejado por años es el de una mujer de familia, con valores, preocupada por los demás y especialmente sensible ante las dificultades de los niños y niñas con algún tipo de discapacidad, sin embargo el pasado martes, se suscitó un escándalo al verla posar con su actual pareja de cacería, una crisis difícil de manejar desde cualquier perspectiva, hay mucho que perder y mucho de promedio, en lo personal, laboral, social y económico más aún cuando se trata de defender lo indefendible, volviéndolo personal y sin asesoría de un experto.

 

Bien lo dicen los principios de la imagen: 

1. Ser fiel a la esencia

2. Definir el objetivo

3. Conocer y responder a la audiencia

4. Lograr la coherencia

5. Asesorarse de un experto en la materia

 

Lucero no ha respetado ninguna de las bases esenciales de la Imagen, por lo que ahora será un caso digno de observación desde la perspectiva de la Imagen y las Relaciones Públicas